TRAS LA HUELA DE BUDA

TRAS LA HUELA DE BUDA

sábado, 26 de junio de 2021

EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE. RESUMEN

 



EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Resumen.

 

El libro tibetano de la vida y de la muerte (1992) de Sogyal Rimpoché examina el Libro tibetano de los muertos a la luz del prisma occidental y de los avances de la ciencia.

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO 1

1

La muerte es un espejo en el que se refleja todo el sentido de la vida.

Lo que pretendo hacer en este libro es explicar y ampliar el Libro tibetano de los muertos, tratar no sólo de la muerte sino también de la vida, exponer en detalle toda la enseñanza de la que el Libro tibetano de los muertos sólo es una parte. En esta enseñanza maravillosa, encontramos la totalidad de la vida y la muerte.

2

Así pues, según el punto de vista del budismo tibetano, podemos dividir toda nuestra existencia en cuatro realidades continuamente entrelazadas: l) la vida, 2) el morir y la muerte,

3) después de la muerte y 4) el renacimiento. Se las conoce como los cuatro bardos: l) el bardo natural de esta vida, 2) el bardo doloroso del morir, 3) el bardo luminoso de dharmata y 4) el bardo kármico del devenir.

3

La palabra bardo se utiliza corrientemente para designar el estado intermedio entre la muerte y el renacimiento, pero en realidad los bardos se suceden continuamente tanto en la vida como en la muerte, y son coyunturas en las que se intensifica la posibilidad de liberación o iluminación.

4

 

El célebre santo y poeta tibetano Milarepa escribió: “Mi religión es vivir, y morir, sin remordimientos”.

5

Para la persona que se ha preparado y ha practicado, la muerte llega no como una derrota, sino como un triunfo, el momento más glorioso que corona toda la vida.

 

CAPITULO 2

1

“No sabemos dónde nos espera la muerte: así pues, esperémosla en todas partes. Practicar la muerte es practicar la libertad. El hombre que ha aprendido a morir ha desaprendido a ser esclavo” (Montaigne).

2

La muerte es, en efecto, un enorme misterio, pero de ella se pueden decir dos cosas: es absolutamente cierto que moriremos, y es incierto cuándo y cómo moriremos. La única certeza que tenemos, pues, es esta incertidumbre sobre la hora, la cual nos sirve de excusa para postergar el afrontar la muerte directamente. Somos como niños que se tapan los ojos jugando al escondite y se figuran que nadie puede verlos.

3

El nacimiento de un hombre es el nacimiento de su pena. Cuanto más vive, más estúpido se vuelve, porque su ansia por evitar la muerte inevitable se hace cada vez más aguda. ¡Qué amargura!

¡Vive por lo que está siempre fuera de su alcance! Su sed de sobrevivir en el futuro le impide vivir en el presente.(Chuang Tzu).

4

 

Sabiendo y comprendiendo esto, deberíamos escuchar a Gyalsé Rimpoché cuando nos dice:

Hacer planes para el futuro es como ir a pescar en un barranco seco; nada sale jamás como quieres;  renuncia pues a todos tus proyectos y ambiciones. Si has de pensar en algo, que sea

en la incertidumbre de la hora de tu muerte...

5

He hallado inspiración en los informes que se han publicado sobre los estudios de la experiencia de casi muerte, como los libros de mi amigo Kenneth Ring y otros autores. Un número sorprendente de los que sobreviven a un accidente casi mortal o a una experiencia de casi muerte describe «una revisión panorámica de la vida». Con asombrosa claridad y precisión, reviven los acontecimientos de su vida. A veces reviven incluso los efectos que sus actos han producido sobre otros, y experimentan las emociones causadas por sus actos.

6

Los únicos objetivos serios en la vida son “aprender a amar a los demás y adquirir conocimiento”.

7

Buda dijo: Esta existencia nuestra es tan pasajera como las nubes de otoño. Observar el nacimiento y la muerte de los seres es como contemplar los movimientos de un baile. La vida entera es como un relámpago en el cielo; se precipita a su fin como un torrente por una empinada montaña.

8

Una de las principales razones por las que tanto nos cuesta y tanta angustia nos produce afrontar la muerte es que ignoramos la verdad de la impermanencia. Reflexione sobre esto: la percepción de la impermanencia es, paradójicamente, la única cosa a que podemos aferramos, quizá nuestra única posesión duradera.

9

 

Siempre que perdemos la perspectiva o nos dejamos llevar por la pereza, reflexionar sobre la muerte y la impermanencia nos devuelve de una sacudida a la verdad: Lo que ha nacido morirá, lo que se ha recogido se dispersará, lo que se ha acumulado se agotará, lo que se ha construido se derrumbará y lo que ha estado en alto descenderá.

10

Lo único que tenemos en realidad es el ahora.

11

Hágase estas dos preguntas: ¿Recuerdo en todo momento que estoy muriendo, y que todas las demás personas y cosas también mueren, de modo que trato a todos los seres en todo momento con compasión? Mi comprensión de la muerte y de la impermanencia, ¿es tan aguda y urgente que dedico hasta el último segundo a la búsqueda de la Iluminación? Si puede responder "sí" a estas dos preguntas, entonces ha comprendido de verdad la impermanencia.

 

CAPÍTULO 3

1

Todos nos estamos muriendo. Sólo es cuestión de tiempo: algunos morimos antes que otros.

2

La vida es un continuo cambio de pequeñas muertes.

3

Aprender a vivir es aprender a desprenderse.

4

El amor sufre a causa del apego.

5

Los obstáculos y dificultades son fuentes de energía.

6

Nyoshul Khenpo:

La naturaleza de todas las cosas es ilusoria y efímera,

quienes tienen una percepción dualista consideran felicidad el sufrimiento,

como los que lamen la miel del filo de una navaja.

7

William Blake:

Aquel que se ata una Alegría

la alada vida destruye;

aquel que besa la Alegría según vuela

vive en la aurora de la Eternidad?

8

Buda dijo:

Sabed que todas las cosas son como esto:

un espejismo, un castillo de nubes,

un sueño, una aparición,

sin esencia, pero con cualidades que pueden verse.

9

 

Reconoce siempre la característica onírica de la vida y reduce el apego y la aversión.

 Practica la benevolencia hacia todos los seres.

 Sé amoroso y compasivo, te hagan lo que te hagan los demás.

 Lo que puedan hacerte no te importará tanto cuando lo veas como un sueño.

El truco está en tener una intención positiva durante el sueño.

Esto es lo esencial.

Esto es la verdadera espiritualidad.

10

Milarepa escribió:

Llevado por el horror a la muerte, me fui a las montañas.

Medité y medité sobre la incertidumbre de la hora de la muerte,

hasta captar la fortaleza de la inmortal e infinita naturaleza de la mente.

Ahora todo miedo a la muerte se ha desvanecido y se ha acabado.

 

CAPÍTULO 4

1

En nuestra tradición decimos que para presentar la naturaleza de la mente han de concurrir “tres auténticos”: la bendición de un auténtico maestro, la devoción de un auténtico discípulo

y el linaje auténtico del método de introducción.

2

El descubrimiento todavía revolucionario del budismo es que la vida y la muerte están en la mente, y en ningún otro lugar. La mente se revela como base universal de la experiencia; creadora de la felicidad y creadora del sufrimiento, creadora de lo que llamamos vida y de lo que llamamos muerte.

3

 

 

 

A lo largo de la historia, los santos y los místicos han adornado sus percepciones con distintos nombres y le han conferido distintos rostros e interpretaciones, pero lo que experimentan fundamentalmente todos ellos es la naturaleza esencial de la mente. Los cristianos y los judíos la llaman «Dios»; los hindúes la llaman «el Yo», «Shiva», «Brahmán» y «Vishnú»; los místicos sufíes la llaman «la Esencia Oculta», y los budistas la llaman «la naturaleza de buda». En el corazón de todas las religiones se halla la certidumbre de que existe una verdad

fundamental, y que esta vida constituye una oportunidad sagrada para evolucionar y conocerla.

4

Buda es cualquier persona, que ha despertado completamente de la ignorancia y se ha abierto a su vasto potencial de sabiduría. Un buda es una persona que ha puesto un definitivo final al sufrimiento y la frustración y ha descubierto una paz y una felicidad duraderas e inmortales.

5

 

Las enseñanzas hablan de cuatro defectos que nos impiden comprender la naturaleza de la mente en este mismo instante:

1. La naturaleza de la mente está demasiado próxima para que la reconozcamos. Así como no podemos ver nuestra propia cara, a la mente le resulta difícil contemplar su propia naturaleza.

2. Es demasiado profunda para que podamos sondearla. No tenemos ni idea de lo profunda que puede ser; si la tuviéramos, ya la habríamos penetrado, al menos en cierta medida.

3. Es demasiado fácil para que podamos creer en ella. En realidad, lo único que hemos de hacer es sencillamente descansar en la conciencia desnuda y pura de la naturaleza de la mente, que siempre está presente.

4. Es demasiado maravillosa para que podamos contenerla. Su misma inmensidad es demasiado vasta para nuestra estrecha manera de pensar. Nos resulta imposible creer en ella. Y tampoco podemos concebir que la Iluminación sea la auténtica naturaleza de nuestra mente.

6

Es interesante observar que «budista», en tibetano, se dice nangpa. Esta palabra significa «persona interior»; es decir, una persona que no busca la verdad fuera, sino dentro de la naturaleza de la mente. Todas las enseñanzas y prácticas del budismo se dirigen a este único

punto: a contemplar la naturaleza de la mente, y de este modo liberarnos del miedo a la muerte y ayudarnos a conocer la verdad de la vida.

7

Es la meditación lo que purifica lentamente la mente ordinaria, desenmascarando y agotando sus hábitos e ilusiones, y nos permite reconocer, en el momento adecuado, quiénes somos en realidad.

 

 

 

 

CAPÍTULO 5

1

Lo que vio Buda fue que la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza es la raíz de todos los tormentos del Samsara, y que la raíz de la propia ignorancia es la tendencia habitual de nuestra mente a la distracción. Poner fin a la distracción de la mente equivaldría a poner fin al mismo Samsara, y para ello, comprendió, la clave estaba en llevar la mente a casa, a su verdadera naturaleza, mediante la práctica de la meditación.

2

Aprender a meditar es el mayor regalo que puede usted hacerse en esta vida, ya que es sólo por medio de la meditación como puede emprender el viaje para descubrir su auténtica

naturaleza y encontrar así la estabilidad y la confianza que necesitará para vivir, y morir, bien. La meditación es el camino a la Iluminación.

3

Generalmente desperdiciamos nuestra vida, distraídos de nuestra verdadera identidad en una actividad incesante; la meditación, por su parte, es el camino que nos devuelve a nosotros

mismos, donde podemos experimentar y saborear realmente nuestro ser completo, más allá de todas nuestros comportamientos habituales.

4

La meditación consiste en llevar la mente de vuelta a casa, y esto se consigue en primer lugar por la práctica de la presencia mental o atención.

5

Cuando enseño meditación suelo comenzar diciendo: «Lleva la mente a casa. Suelta. Y relájate». Toda la práctica de la meditación puede resumirse en estos tres puntos básicos: llevar la mente a casa, aflojar o soltar y relajarse.

6

Sentado en silencio, el cuerpo quieto, la boca callada, la mente en paz, deje ir y venir sus pensamientos y emociones, todo lo que surja, sin aferrarse a nada.

7

 

 

A veces se piensa que cuando uno medita no tendría que tener pensamientos ni emociones en absoluto, y al verlos surgir la persona se preocupa y se irrita consigo misma y cree que ha

fracasado. Nada más lejos de la verdad.

8

¡Cinco minutos de práctica atenta son mucho más valiosos que veinte minutos

de dormitar!

9

Me gusta aquel relato zen en que el discípulo le pregunta al maestro:

—Maestro, ¿cómo se lleva la iluminación a la acción? ¿Cómo se practica en la vida cotidiana?

—Comiendo y durmiendo —responde el maestro.

—Pero, maestro, todo el mundo come y todo el mundo duerme.

—Pero no todos comen cuando comen ni todos duermen cuando duermen.

10

 

Todo puede utilizarse como una invitación a la meditación: una sonrisa, una cara en el metro, la imagen de una pequeña flor que crece en una grieta de la acera, un hermoso corte de tela en el escaparate de una tienda, el modo en que el Sol ilumina las macetas de un alféizar. Esté atento a cualquier signo de belleza y gracia. Ofrezca todas las alegrías, esté despierto en todo momento a «las noticias que siempre llegan del silencio».

11

¿Quién es un gran practicante espiritual? Una persona que vive siempre en presencia de su verdadero ser, una persona que ha encontrado y que utiliza constantemente los manantiales y fuentes de la profunda inspiración.

CAPÍTULO 6

1

El Dalai Lama ha dicho: “No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón es nuestro templo; mi filosofía es la bondad”.

2

Si ya hemos vivido antes», me suelen preguntar, «¿por qué no nos acordamos?». Pero ¿por qué el hecho de no recordar va a significar que no hemos vivido antes? Después de todo, las

experiencias de nuestra infancia, o de ayer, o incluso de lo que estábamos pensando hace una hora, eran vividas en el momento de producirse, pero su recuerdo se ha erosionado casi por completo, como si no hubieran existido nunca. Si no podemos acordarnos de lo que hacíamos o pensábamos el lunes pasado, ¿cómo vamos a imaginar que ha de ser fácil, o normal, recordarlo que hacíamos en una vida anterior?

3

La palabra karma significa literalmente «acción, acto», y designa tanto el poder latente que hay en las acciones como las consecuencias que se derivan de nuestros actos.

4

En términos sencillos, ¿qué significa el karma? Significa que todo lo que hacemos, con el cuerpo, el habla o la mente, tiene su resultado correspondiente. Toda acción, aun la más insignificante, está preñada de consecuencias.

5

 Buda dijo: «No descuides las acciones negativas sólo porque son pequeñas; por pequeña que sea una chispa, puede incendiar un pajar grande como una montaña». Y también: «No

descuides las buenas acciones pequeñas creyendo que no aportan ningún beneficio; incluso las menores gotas de agua acaban llenando un recipiente enorme».

6

Shantideva dijo:

Todo la dicha que hay en este mundo,

toda proviene de desear que los demás sean felices;

y todo el sufrimiento que hay en este mundo,

todo proviene de desear ser feliz yo.

7

Puesto que la ley del karma es inevitable e infalible, cada vez que perjudicamos a otros nos perjudicamos directamente a nosotros mismos, y cada vez que les proporcionamos felicidad,

nos proporcionamos a nosotros mismos felicidad futura.

8

Cada vez que actuamos de un modo negativo, la consecuencia es dolor y sufrimiento; cada vez que actuamos de un modo positivo, tarde o temprano el resultado es felicidad.

 

 

CAPÍTULO 7

1

Bardo es una palabra tibetana que designa sencillamente una «transición» o un intervalo entre la conclusión de una situación y el comienzo de la siguiente.

2

Podemos dividir toda nuestra existencia en cuatro realidades: la vida, la agonía y la muerte, el estado posterior a la muerte y el renacimiento. Son los Cuatro Bardos:

LOS BARDOS Y LAS OTRAS REALIDADES

• El bardo «natural» de esta vida

• El bardo «doloroso» del morir

• El bardo «luminoso» de dharmata

• El bardo «kármico» del devenir.

3

Existe, por ejemplo, una nítida correspondencia entre los grados de sutileza de conciencia por los que pasamos al dormir y al soñar y los tres bardos asociados con la muerte:

• Dormirse es semejante al bardo del morir, en el que los elementos y procesos mentales se disuelven, abriéndose a la experiencia de la Luminosidad Base.

• Soñar es comparable al bardo del devenir, el estado intermedio en que se tiene un «cuerpo mental» clarividente y muy móvil que pasa por todo tipo de experiencias. En el estado onírico también tenemos una clase de cuerpo semejante, el cuerpo del sueño, en el que vivimos todas las experiencias de la vida onírica.

• Entre el bardo del morir y el bardo del devenir hay un estado muy especial de luminosidad o Luz Clara llamado, como ya he dicho, el «bardo de dharmata». Se trata de una experiencia que le sucede a todo el mundo, pero son muy pocos los que pueden siquiera percibirla, y mucho menos experimentarla por completo, ya que sólo puede ser reconocida por un practicante experto. Este bardo de dharmata corresponde al periodo intermedio entre el dormirse y el principio de los sueños.

 

CAPÍTULO 8

1

El bardo natural de esta vida abarca toda la duración de nuestra vida entre el nacimiento y la muerte. Sus enseñanzas nos hacen ver claramente por qué este bardo es una preciosa oportunidad, qué significa realmente ser un ser humano y qué es lo más importante, lo único verdaderamente esencial que hemos de hacer con el don de esta vida humana.

2

Nunca olvidaré la ocasión en que Dudjom Rimpoché, en un momento de intimidad, se inclinó hacia mí y comentó con su voz ronca y suave, ligeramente aguda: «Ya sabes, ¿verdad?, que en realidad todas estas cosas que nos rodean se van, sencillamente se van...»

3

Dice Padmasambhava: Ahora, cuando el bardo de esta vida amanece sobre mí, abandonaré la pereza, para la cual no hay tiempo en la vida, entraré sin distracción en el camino del escuchar y el oír, la reflexión y la contemplación, y la meditación, convirtiendo las percepciones y la mente en el camino, y realizaré las «tres kayas»: la mente iluminada;* ahora que he alcanzado una vez un cuerpo humano, no hay tiempo en el camino para que la mente vague.

4

LAS TRES HERRAMIENTAS DE SABIDURÍA

La manera de descubrir la libertad inherente a la sabiduría de la ausencia de ego, nos dicen los maestros, es mediante el proceso de escucha y audición, contemplación y reflexión, y meditación.

5

El viaje espiritual supone un aprendizaje y una purificación constantes. Cuando se sabe esto, se vuelve uno más humilde. En este sentido, hay un conocido proverbio tibetano: «No confundas la comprensión con el conocimiento profundo, ni confundas el conocimiento profundo con la liberación».

6

Y Milarepa dijo: «No abrigues esperanzas de conocimiento total, pero practica toda tu vida».

Uno de los aspectos de mi tradición que he llegado a apreciar más es su carácter práctico y hasta prosaico, y su intensa convicción de que los mayores logros exigen la más profunda paciencia y el más largo tiempo.

 

CAPÍTULO 9

1

Todos los maestros espirituales de la humanidad nos han dicho lo mismo, que el objetivo de la vida en la tierra es lograr la unión con nuestra naturaleza fundamental iluminada.

2

 Buda nos recordó en las «Cuatro Confianzas»: Confía en el mensaje del maestro, no en su personalidad; confía en el sentido, no sólo en las palabras; confía en el sentido real, no en el provisional; confía en tu mente de sabiduría, no en tu mente ordinaria y crítica.

3

Dilgo Khyentse Rimpoché escribió: Sólo hay una manera de alcanzar la liberación y de obtener la omnisciencia de la Iluminación: seguir a un auténtico maestro espiritual .Él es el guía que te ayudará a cruzar el océano del samsara.

4

Dilgo Khyentse Rimpoché escribió: «Las palabras Yoga Gurú significan "unión con la naturaleza del gurú", y en esta práctica se nos ofrecen métodos para fundir nuestra propia mente con la mente iluminada del maestro»."

5

La práctica de Yoga Gurú se compone de cuatro fases principales: la invocación; fundir la mente con el maestro por medio de la esencia de su corazón, el mantra; recibir la bendición o transmisión de poder; unir la mente con el maestro y reposar en la naturaleza de Rigpa.

CAPÍTULO 10

1

Dzogchen es un estado, el estado primordial, ese estado de despertar total que es la esencia del corazón de todos los budas y todas las sendas espirituales, y la cima de la evolución espiritual del individuo. A menudo Dzogchen se traduce como «Gran Perfección», pero yo prefiero dejarlo sin traducir porque Gran Perfección da la idea de una perfección que debemos alcanzar con esfuerzo, un objetivo que se halla al final de un largo y arduo camino. Nada podría estar más lejos del verdadero significado de Dzogchen: el estado ya autoperfeccionado de nuestra naturaleza primordial, que no necesita ningún «perfeccionamiento» porque siempre ha sido perfecto desde un principio, lo mismo que el cielo.

2

La enseñanza práctica del Camino de Dzogchen se expresa tradicionalmente, con gran sencillez, con los términos Visión, Meditación y Acción.

3

El gran maestro indio Saraha: Aquel en cuyo corazón han entrado las palabras del maestro ve la verdad como un tesoro en la palma de la mano.

4

Dudjom Rimpoché la explica así: «La meditación consiste en estar atento a tal estado de Rigpa, libre de todas las interpretaciones mentales, permaneciendo al mismo tiempo plenamente relajado, sin distracción ni aferramiento. Porque se ha dicho que "la meditación no es esforzarse, sino irse asimilando naturalmente a ella"».

 

CAPÍTULO 11

La muerte. Los moribundos. No existe mayor don de caridad que ayudar a una persona

a morir bien.

(Lectura para médicos)

1

Lo esencial en la vida es establecer con los demás una comunicación sincera y libre de temores, y ésta nunca es tan importante como cuando se trata de una persona moribunda.

2

 He descubierto que, como en todas las situaciones graves de la vida, hay dos cosas que resultan útiles: el sentido común y el sentido del humor.

3

Una persona a punto de morir necesita sobre todo que le demuestren un amor tan incondicional como sea posible, libre de toda expectativa.

4

 

Elisabeth Kübler-Ross señala cinco fases en el proceso de aceptación de la muerte: rechazo, rabia, regateo, depresión y aceptación.

5

Aun en el mismo límite de la vida es posible remediar los errores del pasado.

6

Considero que, siempre que sea posible, las personas deben morir en casa, porque es el lugar donde probablemente la mayoría se encuentra más cómoda.

7

Una de las cosas que espero de este libro es que los médicos de todo el mundo se tomen muy en serio la necesidad de permitir que la persona muera en silencio y serenidad. Quiero apelar a la buena voluntad de la profesión médica, y espero inspirarla a encontrar maneras de conseguir que la difícil transición de la muerte resulte tan fácil, indolora y pacífica como sea posible.

8

El momento de la muerte tiene tal grandeza, solemnidad e irrevocabilidad que puede inducir a las personas a replantearse todas sus actitudes y a mostrarse más receptivas y dispuestas a perdonar, aunque antes les resultara intolerable la idea. Aun en el mismo límite de la vida es posible remediar los errores del pasado.

 

CAPÍTULO 12

(Lectura para médicos)

La compasión.

1

Atender a un moribundo nos vuelve dolorosamente conscientes de la mortalidad, no sólo del enfermo, sino también de la nuestra.

2

Santo Tomás Moro, me han dicho, escribió estas palabras justo antes de ser decapitado: «Estamos todos en el mismo carro, yendo a la ejecución; ¿cómo puedo odiar a nadie ni desear mal a nadie?».

3

¿Qué es la compasión? No es solamente una sensación de lástima o interés por la persona que sufre, ni es solamente un afecto sincero hacia la persona que tenemos delante, ni sólo un claro reconocimiento de sus necesidades y su dolor; es también la determinación sostenida y práctica de hacer todo lo que sea posible y necesario para contribuir a aliviar su sufrimiento-

4

El poder de la compasión no tiene límites.

5

De todas las prácticas que conozco, la práctica de Tonglen, que en tibetano significa «dar y recibir», es una de las más útiles y poderosas. Cuando uno se siente encerrado en sí mismo, Tonglen le abre a la verdad del sufrimiento de los demás; cuando tiene el corazón bloqueado, destruye las fuerzas que lo obstruyen, y cuando se siente ajeno a la persona que padece, o que está resentida o desesperada, lo ayuda a encontrar dentro de sí mismo, y luego a irradiar, el amoroso y expansivo resplandor de su verdadera naturaleza. No conozco ninguna otra práctica tan eficaz para destruir el apego y mimo a sí mismo del yo y su ensimismamiento, que es la causa de todo nuestro sufrimiento y raíz de toda la dureza de corazón.

6

Cuando nos parece que no hay suficiente amor en nosotros, existe un método para descubrirlo e invocarlo. Vuelva atrás mentalmente y recree, visualice casi, un amor que alguien le dio y que lo conmovió de verdad, quizás en la infancia. Tradicionalmente se le enseñaría a pensar en su madre y en su devoción de toda la vida hacia usted.

7

Una manera poderosa de evocar la compasión, como ya lo he expuesto en el capítulo anterior, es pensar que los demás son exactamente iguales a uno. «Después de todo», explica el Dalai Lama, «todos los seres humanos somos iguales: hechos de carne, huesos y sangre humanos. Todos queremos felicidad y queremos evitar el sufrimiento. Además, todos tenemos el mismo derecho a ser felices. En otras palabras, es importante cobrar conciencia de nuestra igualdad en tanto que seres humanos.»

8

La compasión es la joya que concede los deseos, y su luz de curación se extiende en todas direcciones.

9

Dice Shantideva: Quien desee obtener rápidamente protección para sí mismo y los demás debe practicar este secreto sagrado: intercambiarse uno mismo por los demás.

 

CAPÍTULO 13

 Ayuda espiritual para los moribundos.

(Lectura para médicos)

1

La atención espiritual no es un lujo reservado para unos pocos. Es el derecho esencial de todos los seres humanos, tan esencial como la libertad política, la asistencia médica y la igualdad de oportunidades. Un auténtico ideal democrático tendría que incluir la atención espiritual para todos como una de sus verdades más esenciales.

2

Mi maestro Dudjom Rimpoché solía decir que ayudar a un moribundo es como tender la mano a alguien que está a punto de caerse, para sostenerlo. Por medio de la fuerza, la paz y la atención profunda y compasiva de su presencia, les ayudará a despertar su propia fuerza.

3

Sé que lo que voy a decir puede sorprenderle. La muerte puede ser una gran fuente de inspiración. En mis experiencias con moribundos, me he visto sorprendido por la manera en que mi oración y mi invocación transformaban la atmósfera, y mi propia fe se ha hecho más profunda al comprobar cuan eficaces son esta oración e invocación y esta presencia de los budas. He comprobado que estar junto a la cabecera de un moribundo vuelve mi propia práctica mucho más poderosa.

4

 Siempre que esté con una persona moribunda, insista en lo que ella ha logrado y hecho bien. Ayúdela a sentirse lo más constructiva y satisfecha posible respecto a su vida.

5

Anime a la persona moribunda a hacer las paces con los familiares y amigos de quienes estén distanciados, v a limpiar su corazón, de modo que no le quede ni rastro de odio ni el agravio más leve.

6

La más valiosa y poderosa de las prácticas que he encontrado en la asistencia a moribundos, y que he visto emprender con entusiasmo a un número asombroso de personas, es una práctica de la tradición tibetana llamada phowa (pronuncíese «po-ua»), que significa la transferencia de la conciencia.

7

La práctica Tonglen puede ser aplicada a los moribundos:

Este es un método para conectarse con el sufrimiento propio y con el de todos los que le rodean, ayuda a superar el miedo al sufrimiento.

Primero que todo, se trata de un método para despertar la compasión que es inherente a todos nosotros, sin importar si hemos sido muy crueles o fríos con los demás.

 

CAPÍTULO 14

Prácticas para la muerte.

1

En el momento de la muerte hay dos cosas que cuentan: lo que hayamos hecho en la vida y el estado mental en que nos hallemos entonces.

2

La forma ideal de morir es haberse desprendido de todo, interna y externamente, de modo que a la mente le quede el mínimo posible de anhelo, aferramiento y apego a que agarrarse en ese momento esencial. Así pues, antes de morir hemos de intentar liberarnos del apego a todas nuestras posesiones, amigos y seres queridos. No podemos llevarnos nada con nosotros, de manera que hemos de hacer planes para desprendernos de todas nuestras posesiones antes de que llegue el momento, en forma de regalos o donaciones benéficas.

3

Hay tres prácticas esenciales para morir: • La mejor, reposar en la naturaleza de la mente, o evocar la esencia del corazón de nuestra práctica. • En segundo lugar, la práctica de phowa, la transferencia de la conciencia. • Por último, confiarse al poder de la oración, la devoción, la aspiración y las bendiciones de los seres iluminados.

4

Phowa es una práctica de yoga y meditación que viene utilizándose desde hace siglos para ayudar a los moribundos y prepararse para la muerte. En esencia, se trata de que el practicante proyecte su conciencia en el momento de la muerte y la fusione con la mente de sabiduría de Buda en lo que Padmasambhava denomina «el espacio de la Rigpa no nacida». Esta práctica puede hacerla la propia persona, o bien puede realizarla, en nombre del moribundo, un maestro competente o un buen practicante.

5

En todas las tradiciones religiosas se sostiene que morir en estado de oración es sumamente poderoso. Por eso espero que, cuando le llegue la muerte, pueda usted invocar de corazón a todos los budas y a su maestro.

 

CAPÍTULO 15

El proceso de morir.

1

En palabras de Padmasambhava: Los seres humanos afrontamos dos causas de muerte: muerte prematura y muerte por el agotamiento del tiempo natural de duración de nuestra vida. La muerte prematura puede evitarse mediante los métodos que se enseñan para prolongar la vida. Sin embargo, cuando la causa de nuestra muerte es que ha llegado el fin del tiempo natural de duración de nuestra vida, somos como un candil que se ha quedado sin aceite. No hay manera de evitar la muerte con engaños; es necesario prepararse para partir.

2

El bardo del morir se extiende desde el momento en que contraemos una enfermedad o trastorno terminal que conduce a la muerte hasta que cesa la «respiración interna». Se le da el nombre de «doloroso» porque, si no estamos preparados para lo que va a ocurrimos en la muerte, puede ser una experiencia de enorme sufrimiento.

3

El proceso de morir viene explicado con considerable detalle en las diversas enseñanzas tibetanas. Esencialmente, consta de dos fases de disolución: una disolución externa, cuando se disuelven los sentidos y los elementos, y una disolución interna de los estados de pensamiento y emociones, bastos y sutiles.

4

¿Qué ocurre, entonces, cuando morimos? Es como si retornáramos a nuestro estado original; todo se disuelve, mientras el cuerpo y la mente se deshilaclian. Los tres «venenos», ira, deseo e ignorancia, llegan a su fin, lo cual quiere decir que todas las emociones negativas, la raíz del samsara, cesan realmente, y entonces hay un hueco.

5

He comprobado que la manera más sencilla de comprender lo que ocurre durante el proceso del morir, con su disolución interna y externa, es concebirlo como un gradual crecimiento y amanecer de planos de conciencia cada vez más sutiles. Cada uno de ellos emerge con la disolución sucesiva de los componentes del cuerpo y la mente, conforme el proceso avanza gradualmente hacia la revelación de la conciencia más sutil de todas: la Luminosidad Base o Luz Clara.

 

CAPÍTULO 16

1

A menudo oímos afirmaciones como: «La muerte es el momento de la verdad» o «La muerte es el momento en que por fin nos vemos cara a cara con nosotros mismos». Y ya hemos visto que quienes pasan por una experiencia de casi muerte a veces declaran que, mientras ven desfilar ante ellos toda su vida, se les formulan preguntas como: «¿Qué has hecho de tu vida? ¿Qué has hecho por los demás?».

2

Un gran maestro no muere nunca.

 

 

CAPÍTULO 17

1

La palabra sánscrita dharmata, en tibetano chó nyi, designa la naturaleza intrínseca de todas las cosas, la esencia de las cosas tal como son. Dharmata es la verdad desnuda e incondicionada, la naturaleza de la realidad, la verdadera naturaleza de la existencia fenoménica.

2

El bardo de dharmata tiene cuatro fases, cada una de las cuales presenta una nueva oportunidad de liberación.

1. Luminosidad- el paisaje de luz En el bardo de dharmata uno toma un cuerpo de luz. La primera fase de este bardo se despliega cuando «el espacio se disuelve en luminosidad»

2. Unión: las deidades Cuando no se reconoce esto como la manifestación espontánea de Rigpa, los rayos y los colores empiezan a integrarse y a cuajar en puntos o esferas de luz de distinto tamaño, llamadas tiklé. Dentro de ellas aparecen los «mándalas de las deidades pacíficas y airadas» como enormes concentraciones esféricas de luz que parecen ocupar la totalidad del espacio.

3. Sabiduría Si tampoco esta vez se logra reconocer y estabilizar, se despliega la siguiente fase, llamada «la unión se disuelve en sabiduría».

4. Presencia espontánea Esto anuncia la fase final del bardo de dharmata, «la sabiduría se disuelve en presencia espontánea». Ahora toda la realidad se presenta en una imponente manifestación.

 

CAPÍTULO 18

El bardo del devenir.

1

Para la mayoría de las personas, la experiencia de la muerte representará sencillamente pasar a un estado de olvido al final del proceso de morir.

2

 La característica más destacada del bardo del devenir es que la mente asume el papel predominante, mientras que el bardo de dharmata se desplegaba en el reino de Rigpa. Así, en el bardo de dharmata tenemos un cuerpo de luz, y en el bardo del devenir tenemos un cuerpo mental.

3

Nuestro cuerpo mental en el bardo del devenir tiene varias características especiales. Posee todos los sentidos. Es extraordinariamente ligero, lúcido y móvil, y se dice que su capacidad de percepción es siete veces más clara que en vida.

4

En el bardo del devenir revivimos todas las experiencias de nuestra vida anterior, revisando detalles minúsculos que hace mucho se nos borraron de la memoria y retornando a lugares, dicen los maestros, «en los que no hicimos más que escupir en el suelo».

5

La totalidad del bardo del devenir tiene una duración media de cuarenta y nueve días, con un mínimo de una semana. Pero varía en cada caso, igual como algunas personas viven hasta los cien años y otras fallecen en plena juventud.

6

Algunas descripciones del bardo hablan de una escena de juicio, una especie de revisión de la vida semejante al juicio después de la muerte que se encuentra en muchas culturas del mundo. A mi modo de ver, esta escena del juicio presenta interesantes semejanzas con la revisión de la vida que se da en la experiencia de casi muerte. En último término, todo el juicio se desarrolla en nuestra propia mente. Nosotros somos el juez y el acusado.

7

En el bardo del devenir, a medida que se aproxima el momento del renacimiento, se anhela cada vez más el soporte de un cuerpo material y se busca uno disponible en el cual renacer.

 

 

CAPÍTULO 19

Ayudar después de la muerte.

1

En el mundo moderno, una de las más profundas fuentes de angustia para quienes lloran la muerte de un ser querido suele ser, con gran frecuencia, la convicción de que ya no pueden hacer nada para ayudarlo, convicción que sólo agrava y oscurece la soledad de su aflicción. Pero eso no es cierto. Hay muchas, muchísimas maneras en que podemos ayudar a los muertos, y al mismo tiempo ayudarnos a nosotros mismos a sobrevivir a su ausencia.

2

El periodo más poderoso para hacer prácticas espirituales para alguien que acaba de morir es durante los cuarenta y nueve días del bardo del devenir, y sobre todo en los veintiún primeros días.

3

Nunca es demasiado tarde para ayudar a alguien que ha muerto, por mucho tiempo que haya pasado desde entonces.

4

En el bardo del devenir, como ya he dicho, la conciencia del difunto vuelve a pasar por la experiencia de la muerte cada semana, exactamente el mismo día.

5

Entre los tibetanos, lo normal cuando muere alguien es que sus parientes y amigos se reúnan, y todo el mundo encuentra siempre una manera u otra de ayudar. Toda la comunidad presta un importante apoyo espiritual, emocional y práctico, y la familia del difunto nunca queda desatendida ni sin saber qué hacer. En la sociedad tibetana, todos saben que se está haciendo todo lo posible por el muerto, y ese conocimiento permite a los parientes afligidos soportar, aceptar y sobrevivir a la muerte de sus seres queridos.

6

Ocurre con frecuencia que, tras la muerte de un ser querido, la persona queda con una intensa sensación de culpa y repasa obsesivamente los errores cometidos en su relación, o se tortura con pensamientos sobre lo que hubieran podido hacer para evitar la muerte. Ayúdele a hablar de estos sentimientos de culpa, por irracionales y absurdos que parezcan. Poco a poco la culpa irá disminuyendo y el sobreviviente llegará a perdonarse y reanudará su vida.

7

Si nos lo permitimos, podemos aprender mucho del dolor y la aflicción por la pérdida. El dolor por la pérdida de un ser querido puede obligarnos a contemplar directamente nuestra vida y forzarnos a encontrar en ella un sentido del que tal vez antes carecía. Cuando se halla uno solo después de la muerte de una persona a la que amaba, puede surgir la sensación de que se le ofrece una nueva vida y se le pregunta: «¿Qué vas a hacer con esta vida? ¿Por qué deseas seguir viviendo?»

8

Así pues, mi consejo de corazón para quienes se hallan en las profundidades del dolor y la desesperación tras haber perdido a una persona muy querida es que recen pidiendo ayuda, fortaleza y gracia. Rece por que pueda sobrevivir y descubrirle el sentido más pleno posible a la nueva vida en que ahora se encuentra. Sea vulnerable y receptivo, sea valeroso, sea paciente. Por encima de todo, examine su vida en busca de maneras de compartir más profundamente su amor con los demás desde ahora mismo.

 

 

CAPÍTULO 20

La experiencia de casi muerte.

1

La experiencia de casi muerte ha sido descrita a lo largo de toda la historia, en todas las tradiciones místicas y chamánicas, y por escritores y filósofos tan diversos como Platón, el papa Gregorio Magno, algunos de los grandes maestros sufíes, Tolstoi o Jung.

2

Algunos escritores occidentales que han leído el Libro tibetano de los muertos equiparan estas experiencias cercanas a la muerte con las experiencias de los bardos según se enseñan en la tradición tibetana.

3

Un fenómeno curioso, poco conocido en Occidente, pero familiar para los tibetanos, es el de los déloks. En tibetano. dé lok significa «retornado de la muerte», y tradicionalmente los déloks son personas que en apariencia «mueren» a causa de una enfermedad y se encuentran viajando por el bardo. Visitan los reinos infernales, donde pueden presenciar el juicio de los muertos y los sufrimientos del infierno, y a veces van a paraísos y reinos de buda. A algunos los acompaña una deidad que los protege y les explica lo que sucede. Al cabo de una semana, el délok es enviado de vuelta al cuerpo con un mensaje del Señor de la Muerte para los vivos, exhortándolos a la práctica espiritual y a vivir de una manera más benéfica. Con frecuencia a los déloks les resulta difícil que les crean, y se pasan el resto de la vida explicando sus experiencias a los demás a fin de encaminarlos hacia la senda de la sabiduría. Se escribieron biografías de algunos de los más famosos déloks, y los trovadores ambulantes las cantan por todo Tíbet.

 

CAPÍTULO 21

 

1

 

 «El resplandor inmaculado», testamento final de Longchenpa, el maestro Dzogchen del

siglo XIV:

En un cielo nocturno sin nubes, la luna llena,

«el Señor de las Estrellas», está a punto de salir. [...]

El rostro de mi compasivo señor, Padmasambhava,

me atrae hacia delante, irradiando su tierna bienvenida.

Mi gozo en la muerte es muchísimo mayor que

el gozo de los mercaderes al ganar vastas fortunas en el mar,

o los señores de los dioses que se jactan de su victoria en la

batalla;

o el de aquellos sabios que han entrado en el trance de la

perfecta absorción.

Así, tal un viajero que se echa al camino cuando llega el

momento de partir,

no permaneceré más en este mundo,

sino que iré a morar en la fortaleza de la gran dicha de la

ausencia de muerte.

Esta vida mía está acabada, mi karma se ha agotado, el

beneficio que podían hacer las oraciones se ha gastado,

todas las cosas mundanas han llegado a su fin, el

espectáculo de esta vida ha terminado.

 

En un instante reconoceré la misma esencia de la manifestación de mi ser

en los puros y vastos reinos de los estados del bardo;

estoy próximo a ocupar mi asiento en el terreno de la

perfección primordial.

Las riquezas que se encontraban en mí han hecho felices las

mentes de otros,

he utilizado la bendición de esta vida para realizar todos

los beneficios de la isla de la liberación;

habiendo estado con vosotros, mis nobles discípulos, durante

todo este tiempo,

la alegría de compartir la verdad me ha llenado y satisfecho.

Ahora van a terminar todas las conexiones entre nosotros en

esta vida,

soy un mendigo errante que va a morir como le plazca,

no os entristezcáis por mí, pero seguid rezando siempre.

Estas palabras las dice mi corazón, las dice para

ayudaros;

pensad que son una nube de flores de loto, y vosotros, en

vuestra devoción,

abejas que se zambullen en ellas para libar su alegría

trascendente.

Por la gran bondad de estas palabras

que los seres de todos los reinos del samsara,

en el terreno de la perfección primordial, alcancen el

Nirvana.

2

Contemplemos de nuevo lo que le ocurre a una persona cuando muere, en cada una de las tres etapas cruciales de la muerte:

1. En la culminación del proceso de morir, tras la disolución de los elementos, sentidos y estados de pensamiento, la naturaleza última de la mente, la Luminosidad Base, queda momentáneamente al desnudo.

2. Luego, se manifiesta y brilla fugazmente el resplandor de esa naturaleza de la mente en apariciones de sonido, colores y luz.

 3. A continuación, la conciencia del difunto despierta y entra en el bardo del devenir; regresa su mente ordinaria y asume una manifestación, la forma del cuerpo mental, sujeta a los dictados del karma y los hábitos pasados, que impulsan a la mente ordinaria a aferrarse a las experiencias ilusorias del bardo como si fueran reales y sólidas.

3

EL PROCESO DURANTE EL SUEÑO Las tres fases del proceso que vemos desplegarse en los estados del bardo durante la muerte también pueden percibirse en otros planos de conciencia durante la vida. Considerémoslas a la luz de lo que ocurre cuando dormimos y soñamos. 1. Al dormirnos, los sentidos y las capas más bastas de la conciencia se disuelven, y de un modo gradual la naturaleza absoluta de la mente, podríamos decir la Luminosidad Base, queda brevemente al desnudo. 2. Luego hay una dimensión de conciencia comparable al bardo de dharmata, tan sutil que normalmente ni siquiera nos damos cuenta de que existe. Después de todo, ¿cuántos de nosotros somos conscientes de estar dormidos antes de que empiecen los sueños? 3. La mayoría de nosotros sólo es consciente de la siguiente fase, cuando la mente vuelve a activarse y nos encontramos en un mundo de sueños semejante al bardo del devenir. Aquí tomamos un cuerpo de sueño y pasamos por diversas experiencias oníricas que vienen en gran medida configuradas e influidas por los hábitos y actividades de nuestro estado de vigilia, y creemos que todo ello es sólido y real, sin llegar a darnos cuenta de que estamos soñando.

4

¿De dónde venían los versos de Blake?

 

Ver el Mundo en un Grano de Arena

Y un Paraíso en una Flor Silvestre

Tener el Infinito en la palma de la mano

Y la Eternidad en una hora.

 

5

Dijo Buda: «Os he mostrado el camino a la liberación, ahora os toca a vosotros recorrerlo».

 

CAPÍTULO 22

¿Cómo se puede ser un médico verdaderamente eficaz si no se tiene al menos cierta comprensión de la verdad de la muerte, ni de cómo atender espiritualmente a un paciente moribundo? ¿Cómo puede ser una enfermera verdaderamente eficaz si aún no ha empezado a afrontar su propio miedo a morir y no tiene nada que decirles a los que están muriendo cuando le piden orientación y sabiduría? Conozco a muchos médicos y enfermeras bienintencionados, personas sinceramente abiertas a las ideas nuevas y a los puntos de vista nuevos.

 

1

«Quiero que ningún ser humano tenga miedo a la muerte ni a la vida; quiero que todo ser humano muera en paz, y recibiendo la atención más sabia, clara y tierna, y que encuentre la felicidad definitiva que sólo puede alcanzarse con la comprensión de la naturaleza de la mente y de la realidad».

2

En estos momentos es esencial que se introduzca en todo el mundo, en todos los niveles de la educación, una visión iluminada de la muerte y el morir. No hay que «proteger» a los niños de la muerte, sino introducirlos cuando aún son pequeños en la verdadera naturaleza de la muerte y en la lo que pueden aprender de ella.

 

 

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