CAPÍTULO
14
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
Prácticas
para la muerte.
1
En
el momento de la muerte hay dos cosas que cuentan: lo que hayamos hecho en la
vida y el estado mental en que nos hallemos entonces.
2
La
forma ideal de morir es haberse desprendido de todo, interna y externamente, de
modo que a la mente le quede el mínimo posible de anhelo, aferramiento y apego
a que agarrarse en ese momento esencial. Así pues, antes de morir hemos de
intentar liberarnos del apego a todas nuestras posesiones, amigos y seres
queridos. No podemos llevarnos nada con nosotros, de manera que hemos de hacer
planes para desprendernos de todas nuestras posesiones antes de que llegue el
momento, en forma de regalos o donaciones benéficas.
3
Hay
tres prácticas esenciales para morir: • La mejor, reposar en la naturaleza de
la mente, o evocar la esencia del corazón de nuestra práctica. • En segundo lugar,
la práctica de phowa, la transferencia de la conciencia. • Por último,
confiarse al poder de la oración, la devoción, la aspiración y las bendiciones
de los seres iluminados.
4
Phowa
es una práctica de yoga y meditación que viene utilizándose desde hace siglos
para ayudar a los moribundos y prepararse para la muerte. En esencia, se trata
de que el practicante proyecte su conciencia en el momento de la muerte y la
fusione con la mente de sabiduría de Buda en lo que Padmasambhava denomina «el
espacio de la Rigpa no nacida». Esta práctica puede hacerla la propia persona,
o bien puede realizarla, en nombre del moribundo, un maestro competente o un
buen practicante.
5
En
todas las tradiciones religiosas se sostiene que morir en estado de oración es
sumamente poderoso. Por eso espero que, cuando le llegue la muerte, pueda usted
invocar de corazón a todos los budas y a su maestro.
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