(Resumen)
Edgardo
Rafael Malaspina
1
El
odio nunca ha disipado el odio. Sólo el amor disipa al odio.
2
Tú
también pasarás a mejor vida. ¿Cómo puedes pelearte?
3
Observa
la vida como si le estuviera sucediendo a otra persona. Practica el desapego.
4
Conquístate a ti mismo.
5
Tú
no puedes cambiar al mundo, por lo tanto, no te empeñes en hacerlo. Vive tu
vida propia, no la de los demás. Preocúpate de tu verdadera riqueza, la del
espíritu.
6
No
te aferres a las cosas o a las personas porque ellas cambian, y muchas veces lo
hacen en direcciones distintas a las que esperabas. Entrega amor por el amor
mismo, por lo que te beneficia a ti, no por la recompensa que pudiera traer esa
entrega. No te apegues a nada, ni tampoco te conviertas en un vagabundo;
simplemente, vive tu propia vida. Se sabio en tu vivir.
7
Sabio
no es el que sabe mucho sino el que comprende mucho.
8
Debes
hacer tu trabajo en la soledad, rodeado de la belleza del silencio, sin pesares
ni sufrimientos.
9
Todo
está dentro de ti.
10
El
silencio es el alimento de la soledad, y es el que debes comer. La soledad es
tu compañera, regocíjate con ella. No tengas miedo porque el miedo viene del
Ego y se origina en una mala interpretación de la muerte. Debes ser solo y
vivir tu vida silencioso, y lleno de amor. En la medida que el amor te colme,
perderás el miedo porque anularás el Ego.
11
Aunque
debes permanecer en silencio, no es el silencio el que te dará sabiduría sino
la consciencia. El silencio solamente te permitirá observar mejor, ser un mejor
testigo.
12
Sólo
existe una manera de avanzar, y es con el corazón. Con la mente no puedes hacerlo
porque son muchas, y es mucha carga. Para avanzar es sin dudas, y la duda
habita en la mente, no en el corazón. La duda te mantiene fragmentado; sólo el
corazón te une.
13
Al
existir quieres tener. El apego nace del solo hecho de existir. Y el apego trae
tristeza porque es pasajero. Toma las cosas, las personas, vive las
circunstancias, pero no te apegues a ellas. Sólo disfrútalas. Simplemente vive.
14
La
mente está llena de palabras, las más de las veces innecesarias. Acostúmbrate a
pensar lo necesario y a hablar lo mínimo. Se concreto. Se telegráfico. Habla lo
necesario, lo que tenga sentido. Recuerda siempre que las palabras tienen poder
y que ese poder puede volverse en contra tuya.
15
Los
pensamientos están en tu mente, y son un caos. Van y vienen sin ningún sentido.
Inventas cosas o las interpretas y tus pensamientos vuelan solos. Tus
pensamientos son tus carceleros. Piensa solamente cuando quieras hacerlo.
Aprende a conectarte y a desconectarte. La Meditación consiste en aprender a
desconectarte y a dejar tu mente en vacío, sin pensamientos.
16
La
muerte sorprende al hombre que, aturdido y distraído por el mundo, sólo se
preocupa de su rebaño y sus hijos.
Vivimos
rodeados de cosas pequeñas, de pequeños logros alimentados por el Ego.
Generalmente no vivimos, sólo respiramos. Debemos vivir en alerta y preocupados
por lo importante. Debemos conocer qué es lo que quiere nuestro Ser y hacia
allá dirigirnos. Si no, cuando llegue la muerte y miremos hacia atrás, veremos
la nada: nada hemos hecho en esta vida, y todo aquello que nos enorgulleció, no
lo podemos llevar. No ha servido de nada el vivir.
17
La
felicidad a costa de otro no es felicidad, es posesión. Todo lo que poseas
aquí, es a expensas de otro, y por lo tanto es una posesión manchada. Para ser
feliz debes saber disfrutar, y el verdadero disfrute se da en la libertad y en
la inseguridad, de uno mismo, no de otra persona. Desapégate, piensa y vive
sólo en la acción, no en el resultado.
18
La
vida hay que vivirla, no mirarla. Y eso sólo lo hacen los que viven vidas
propias, no vidas ajenas.
19
Sé
un maestro en todo lo que haces, lo que dices, lo que piensas. Sé libre.
20
Aquieta
tu mente, reflexiona, observa.
21
Buda
no es un Dios, ni pretende ser su hijo. Es sólo un hombre que anduvo un camino
y nos legó el plano para que lo recorramos nosotros. No ha habido un solo Buda,
ha habido miles, muchos de ellos desconocidos para el mundo. Cualquiera que
haya despertado merece ser llamado Buda. Cualquiera que haya descubierto su
propia vida y la haya seguido, que haya renunciado a ser un obediente, que haya
anulado a su Ego, en un elegido a ser un Buda. Pero nadie lo eligió: él se eligió
a sí mismo. Eso es Sammasati, es elegir, caminar, y llegar.
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