EL
LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
Resumen.
El
libro tibetano de la vida y de la muerte (1992) de Sogyal Rimpoché examina el
Libro tibetano de los muertos a la luz del prisma occidental y de los avances
de la ciencia.
PRIMERA
PARTE
CAPÍTULO
1
1
La
muerte es un espejo en el que se refleja todo el sentido de la vida.
Lo
que pretendo hacer en este libro es explicar y ampliar el Libro tibetano de los
muertos, tratar no sólo de la muerte sino también de la vida, exponer en
detalle toda la enseñanza de la que el Libro tibetano de los muertos sólo es
una parte. En esta enseñanza maravillosa, encontramos la totalidad de la vida y
la muerte.
2
Así
pues, según el punto de vista del budismo tibetano, podemos dividir toda
nuestra existencia en cuatro realidades continuamente entrelazadas: l) la vida,
2) el morir y la muerte,
3)
después de la muerte y 4) el renacimiento. Se las conoce como los cuatro
bardos: l) el bardo natural de esta vida, 2) el bardo doloroso del morir, 3) el
bardo luminoso de dharmata y 4) el bardo kármico del devenir.
3
La
palabra bardo se utiliza corrientemente para designar el estado intermedio entre
la muerte y el renacimiento, pero en realidad los bardos se suceden continuamente
tanto en la vida como en la muerte, y son coyunturas en las que se intensifica
la posibilidad de liberación o iluminación.
4
El
célebre santo y poeta tibetano Milarepa escribió: “Mi religión es vivir, y
morir, sin remordimientos”.
5
Para
la persona que se ha preparado y ha practicado, la muerte llega no como una
derrota, sino como un triunfo, el momento más glorioso que corona toda la vida.
CAPITULO
2
1
“No
sabemos dónde nos espera la muerte: así pues, esperémosla en todas partes.
Practicar la muerte es practicar la libertad. El hombre que ha aprendido a
morir ha desaprendido a ser esclavo” (Montaigne).
2
La
muerte es, en efecto, un enorme misterio, pero de ella se pueden decir dos
cosas: es absolutamente cierto que moriremos, y es incierto cuándo y cómo
moriremos. La única certeza que tenemos, pues, es esta incertidumbre sobre la
hora, la cual nos sirve de excusa para postergar el afrontar la muerte directamente.
Somos como niños que se tapan los ojos jugando al escondite y se figuran que
nadie puede verlos.
3
El
nacimiento de un hombre es el nacimiento de su pena. Cuanto más vive, más
estúpido se vuelve, porque su ansia por evitar la muerte inevitable se hace
cada vez más aguda. ¡Qué amargura!
¡Vive
por lo que está siempre fuera de su alcance! Su sed de sobrevivir en el futuro
le impide vivir en el presente.(Chuang Tzu).
4
Sabiendo
y comprendiendo esto, deberíamos escuchar a Gyalsé Rimpoché cuando nos dice:
Hacer
planes para el futuro es como ir a pescar en un barranco seco; nada sale jamás
como quieres; renuncia pues a todos tus
proyectos y ambiciones. Si has de pensar en algo, que sea
en
la incertidumbre de la hora de tu muerte...
5
He
hallado inspiración en los informes que se han publicado sobre los estudios de
la experiencia de casi muerte, como los libros de mi amigo Kenneth Ring y otros
autores. Un número sorprendente de los que sobreviven a un accidente casi
mortal o a una experiencia de casi muerte describe «una revisión panorámica de la
vida». Con asombrosa claridad y precisión, reviven los acontecimientos de su
vida. A veces reviven incluso los efectos que sus actos han producido sobre
otros, y experimentan las emociones causadas por sus actos.
6
Los
únicos objetivos serios en la vida son “aprender a amar a los demás y adquirir
conocimiento”.
7
Buda
dijo: Esta existencia nuestra es tan pasajera como las nubes de otoño. Observar
el nacimiento y la muerte de los seres es como contemplar los movimientos de un
baile. La vida entera es como un relámpago en el cielo; se precipita a su fin
como un torrente por una empinada montaña.
8
Una
de las principales razones por las que tanto nos cuesta y tanta angustia nos
produce afrontar la muerte es que ignoramos la verdad de la impermanencia.
Reflexione sobre esto: la percepción de la impermanencia es, paradójicamente,
la única cosa a que podemos aferramos, quizá nuestra única posesión duradera.
9
Siempre
que perdemos la perspectiva o nos dejamos llevar por la pereza, reflexionar
sobre la muerte y la impermanencia nos devuelve de una sacudida a la verdad: Lo
que ha nacido morirá, lo que se ha recogido se dispersará, lo que se ha
acumulado se agotará, lo que se ha construido se derrumbará y lo que ha estado
en alto descenderá.
10
Lo
único que tenemos en realidad es el ahora.
11
Hágase
estas dos preguntas: ¿Recuerdo en todo momento que estoy muriendo, y que todas
las demás personas y cosas también mueren, de modo que trato a todos los seres
en todo momento con compasión? Mi comprensión de la muerte y de la impermanencia,
¿es tan aguda y urgente que dedico hasta el último segundo a la búsqueda de la
Iluminación? Si puede responder "sí" a estas dos preguntas, entonces
ha comprendido de verdad la impermanencia.
CAPÍTULO
3
1
Todos
nos estamos muriendo. Sólo es cuestión de tiempo: algunos morimos antes que
otros.
2
La
vida es un continuo cambio de pequeñas muertes.
3
Aprender
a vivir es aprender a desprenderse.
4
El
amor sufre a causa del apego.
5
Los
obstáculos y dificultades son fuentes de energía.
6
Nyoshul
Khenpo:
La
naturaleza de todas las cosas es ilusoria y efímera,
quienes
tienen una percepción dualista consideran felicidad el sufrimiento,
como
los que lamen la miel del filo de una navaja.
7
William
Blake:
Aquel
que se ata una Alegría
la
alada vida destruye;
aquel
que besa la Alegría según vuela
vive
en la aurora de la Eternidad?
8
Buda
dijo:
Sabed
que todas las cosas son como esto:
un
espejismo, un castillo de nubes,
un
sueño, una aparición,
sin
esencia, pero con cualidades que pueden verse.
9
Reconoce
siempre la característica onírica de la vida y reduce el apego y la aversión.
Practica la benevolencia hacia todos los
seres.
Sé amoroso y compasivo, te hagan lo que te hagan
los demás.
Lo que puedan hacerte no te importará tanto
cuando lo veas como un sueño.
El
truco está en tener una intención positiva durante el sueño.
Esto
es lo esencial.
Esto
es la verdadera espiritualidad.
10
Milarepa
escribió:
Llevado
por el horror a la muerte, me fui a las montañas.
Medité
y medité sobre la incertidumbre de la hora de la muerte,
hasta
captar la fortaleza de la inmortal e infinita naturaleza de la mente.
Ahora
todo miedo a la muerte se ha desvanecido y se ha acabado.
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