CAPÍTULO
11
Resumen.
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
La
muerte. Los moribundos. No existe mayor don de caridad que ayudar
a una persona
a
morir bien.
(Lectura
para médicos)
1
Lo
esencial en la vida es establecer con los demás una comunicación sincera y
libre de temores, y ésta nunca es tan importante como cuando se trata de una
persona moribunda.
2
He descubierto que, como en todas las
situaciones graves de la vida, hay dos cosas que resultan útiles: el sentido
común y el sentido del humor.
3
Una
persona a punto de morir necesita sobre todo que le demuestren un amor tan
incondicional como sea posible, libre de toda expectativa.
4
Elisabeth
Kübler-Ross señala cinco fases en el proceso de aceptación de la muerte:
rechazo, rabia, regateo, depresión y aceptación.
5
Aun
en el mismo límite de la vida es posible remediar los errores del pasado.
6
Considero
que, siempre que sea posible, las personas deben morir en casa, porque es el
lugar donde probablemente la mayoría se encuentra más cómoda.
7
Una
de las cosas que espero de este libro es que los médicos de todo el mundo se
tomen muy en serio la necesidad de permitir que la persona muera en silencio y
serenidad. Quiero apelar a la buena voluntad de la profesión
médica, y espero inspirarla a encontrar maneras de conseguir que la difícil
transición de la muerte resulte tan fácil, indolora y pacífica como sea posible.
8
El
momento de la muerte tiene tal grandeza, solemnidad e irrevocabilidad que puede
inducir a las personas a replantearse todas sus actitudes y a mostrarse más
receptivas y dispuestas a perdonar, aunque antes les resultara intolerable la
idea. Aun en el mismo límite de la vida es posible remediar los errores del
pasado.
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